Las principales hipótesis de partida sobre las que se basa el proyecto ATQUE son:
Los nuevos sistemas de seguridad deben plantearse en la práctica como soluciones híbridas, mediante la integración de criptografía pre-cuántica con una capa adicional resistente a la computación cuántica.
A la vista de los últimos avances en la materia, es urgente estudiar, diseñar e implementar diferentes criptoprotocolos QRC que aprovechen el potencial de computación y comunicación cuánticas.
Las organizaciones deben incorporar criptoagilidad para una posible rápida actualización criptográfica de sus TIC, con una posible migración a QRC de los productos habituales de ciberseguridad en tres fases: a corto plazo para proteger características básicas de seguridad como confidencialidad ante adversarios pasivos, a medio plazo para proteger características más avanzadas como autenticación de participantes honestos, y a largo plazo para protegerse usando tecnología cuántica.
Dado el creciente uso de herramientas de IA en problemas de ciberseguridad, como la detección de vulnerabilidades y anomalías, conviene analizar el potencial cuántico para incrementar su eficiencia.
Es recomendable implementar varios casos de uso de interés que permitan evaluar las soluciones propuestas, para descubrir cómo se adaptan en la práctica a los distintos escenarios de aplicación.